21 Oct

HUYANA POTOSI, LA MONTAÑA DE CRISTAL.

Toda la noche ha rugido el viento y ha estado nevando. A la una de la madrugada nos llama Evaristo, nuestro guía de alta montaña. Evaristo, de rasgos inequívocamente andinos, pertenece a una raza de jóvenes andinistas bolivianos que han aprendido las técnicas de montaña en las recién creadas escuelas de andinismo. Gente dura que se gana la vida con gente como nosotros, guiándonos a través de un laberinto de glaciares hacia los seis mil metros de altura. Evaristo parece un pragmático, no da muchas concesiones al refinamiento y creo que le da igual si la montaña es hermosa, salvaje, dramática o acogedora, está con nosotros para ganar dinero, lo cual no es reprochable.

El refugio, a esta hora, es un ajetreo de gente somnolienta manejando cuerdas, arneses, crampones…. Apenas sorbo un poco de café y salgo al exterior. Hace frío, mucho frío y sopla su aliado el viento, está nublado y nieva. –Evaristo, ¿crees que mejorará?. Nos ponemos los crampones, se me enfrían las manos, me vuelvo a preguntar ¡qué hago aquí!. Pienso, mejor no pienso, me dejo llevar, me falta poco para renunciar y volver al saco calentito, a la plácida calidez de mi jergón en el hosco pero ahora acogedor y amable refugio. Voy para adelante, como muchas decisiones en la vida en el llano, tienes apenas unos segundos para decidir si continuas o no hacia adelante. Las cordadas que nos preceden están ya muy altas, parecen luciérnagas revoloteando en la oscuridad. Las nubes comienzan a rasgarse, aparecen estrellas, miles de estrellas, la Cruz del Sur…

Poco a poco el alba comienza a iluminar la montaña, parece un hermoso cristal resplandeciente, las manos se me hielan, se calientan, se vuelven a helar…amanece, ¡qué alegría de sol, alcanzamos la antecima a seis mil metros, estoy emocionado. Oleajes de montañas dan profundidad al paisaje hacia la selva misteriosa. El glaciar parece un pastel cremoso con la luz de los primeros rayos, atravesamos grietas profundas y oscuras como el averno…, el calor se adueña del glaciar y nos hundimos en la bajada…, llegamos exhaustos al refugio.
Huyana Potosí. Andes de Bolivia. 2012
Faustino Rodriguez Quintanilla (C) Texto y foto.

 

Etiquetas:

 

Los comentarios están cerrados.