A NUESTRA VUELTA DE LEH… RECUERDOS DEL HIMALAYA DE LA INDIA Pocas veces el nombre de Leh, ese pequeño pueblo capital del «Pequeño Tíbet» había salido tantas veces en los medios de comunicación.
Nuestro grupo llegó a esa meca del trekking en el Himalaya indú un día después de que grandes tormentas y lluvias torrenciales descargaran con fuerza sobre el norte de la India y en especial sobre el norte de Pakistán causando días más tarde la inundación de gran parte de la cuenca del río Indo y con ello todas las desgracias personales que de sobra es conocido por todos. Lina Quesada, conocida alpinista e himalayista andaluza y Guía del grupo nos relata un pequeño resumen de las experiencias allí vividas…»
Pues ahí estábamos nosotros!!! vaya por Dios, en el ojo del huracán. 
Llegamos a la India el 5 de agosto y teníamos previsto un vuelo a Leh el día 7, pues fue justo esa noche del 5 al 6 de agosto, cuando a los habitantes de las poblaciones cercanas a Leh e incluso en Leh mismo, se les unió el cielo con la tierra, se les hundió una masa de agua de toneladas encima, estuvo lloviendo torrencialmente durante horas y esto produjo una de las mayores catástrofes ocurridas allí, hacía más de 90 años, según decían que no llovía tanto!! claro, los ríos se desbordaron, arrastrando en su cauce piedras gigantescas, arrasando viviendas, puentes, coches, camiones….. horrible!!!!
El resultado: toneladas de barro dentro de las casas que habían quedado en pie, carreteras impracticables, puentes rotos, gente desaparecida bajo el barro, sepultadas mientras dormían, los que se encontraban de trekking se quedaron en el camino durante unos días, no podían llegar a Leh porque los puentes no existían y no podían ponerse en contacto con nadie, ya que la electricidad y las comunicaciones estaban también afectadas.
En ese caos inmenso llegamos nosotros a Leh. Allí en la ciudad, nada de esto se notaba aparentemente, sólo en la falta de algún alimento básico, pero nada más.
Llegaron dotaciones militares, camiones, máquinas para trabajo….. de momento surgieron voluntarios para ayudar, todos los extranjeros que nos encontrábamos allí para hacer un trekking, nos vimos envueltos en opciones de ayuda, se podía ir a un hospital, a un colegio, a sacar barro de casas……
te daban un chaleco fosforito, te montabas en un camión por la mañana y te llevaban a uno de los lugares donde podías ser útil por unas horas…. pero la situación dramática estaba en las familias que no encontraban a sus miembros, dada la gran cantidad de barro que había arrasado todo.
En fin, de todo se sale y finalmente con la ayuda de militares, voluntarios, excavadoras y con el paso de los días, la situación se fue normalizando, nosotros nos fuimos a hacer un trekking por el valle de Stok, nos encantó, los paisajes son alucinantes, muy bonito!!! también nos llevaron a una ruta turística por Nubra Valley y así y con buen humor, conseguimos ocupar los días y tuvimos la suerte de que no nos cogiera ese desastre allí, porque los que estaban de treking en aquel momento lo pasaron fatal.
EL MONZON SE «EQUIVOCÓ» EN SU CAMINO…
Los monzones, esas lluvias que cada año llegan puntualmente a las grandes llanuras asiáticas, valle del Indo, Nepal y gran parte del lejano oriente, y de la que depende la alimentación de millones de personas, este año podríamos decir que de alguna manera «erraron» su trayectoria cebándose con las montañas del Karakorum y con la cordillera de Ladakh, zonas situada detrás de la cordillera axial del Himalaya y a las que normalmente no llegan las lluvias monzónicas o llegan muy debilitadas. Lo cierto es que este año ese fenómeno ha hecho que en zonas en las que se puede hacer normalmente trekking en verano, como es el Himalaya de la India o del Karakorum se vieran muy afectadas y con ello la actividad y la seguridad de cientos de trekkers y viajeros.
Nuestro grupo, como nos cuenta Lina, tuvo suerte al llegar después de la tormenta. Esperamos que con la ayuda de las Organizaciones Internacionales estas zonas y los millones de personas que en ellas habitan puedan ir restableciendo su vida normal, ya de por sí dura y difícil.
