Hace algo de fresco en este final de Junio cuando ponemos rumbo a la Madonia, el paisaje se muestra sublime, los tostados campos de cereales contrastan con los verdes de los sotos mientras en el horizonte poderosas nubes tormentosas realzan la belleza.
Madonia es una región del interior de Sicilia, desconocido y profundo. Sus montañas nos revelan grandes sorpresas en forma de bosques de hayas y de abetos nebrodensis, una especie parecida a nuestro “pinsapo”. En sus escondidos valles, un reguero de pueblos medievales parecen vivir apartados de todo. Curiosos y medievales nombres como Gangi, Petralia Sottana, Petralia Soprana, Castelbuono, Castellana…, muchos de origen español.
La gente nos mira extrañada, sobre todos los abuelos que ven caer la tarde en la plaza de los pueblos. Parece que sienten cierto alivio al saber que somos españoles y entonces entablan conversación. Nunca se sabe, en estos pueblos, que puede querer la “visita”, quién es o que “busca”.
Las últimas luces del día nos despiden cuando llegamos a Nicosia. Encontramos alojamiento en un convento situado en la plaza del pueblo. Un “curita” con cara de indio sudamericano, probablemente lo es, llama al “Secretario”. El “Secretario” responde a la típica “rata de sacristía” y está extrañado de que le pidamos alojamiento. No sabemos por qué, ¡está anunciado! y, además, nos lo ha recomendado el policía del pueblo. La “rata” nos cobra 25 Euros a cada uno y se guarda rápido el dinero en el bolsillo, sin recibo. Más tarde, en la plaza del pueblo, unos jóvenes cantan el “Rock” de la Madre Teresa de Calcuta ante una foto gigante de la santa.
Mientras, nosotros tomamos una excelente pizza “fruto di mare”. El simpático camarero, un jovencillo de apenas 18 años nos confiesa que ha estado recientemente en Barcelona con su familia y que le encanta España. – Allí descubrí que mi novia estaba embarazada!! Le deseamos mucha suerte.
Unos días más tarde nuestro periplo está terminando cuando llegamos al aeropuerto de Palermo. Me acuerdo de esos paisajes de la Madonia y de sus escenas de la vida diaria. Los jueces Giovani Falcone y Piero Borsellino dan nombre a la nueva terminal. Unos héroes asesinados por la Mafia en 1992. Esa “Sociedad” feudal que ancla sus raíces históricas en los pueblos de donde acabamos de llegar.
Sicilia. Junio de 2005.
Texto y fotos © FAUSTINO RODRIGUEZ QUINTANILLA