23 Dic

VIII Edición Concurso Foto Viajera Alventus&Años Luz

La VIII Edición del Concurso de Fotografía de Alventus&AñosLuz ha finalizado.

Dicen que «la fotografía es la historia detenida» y un año más, nuestros participantes han detenido esos instantes mágicos de sus viajes regalándonos paisajes, gentes, situaciones, experiencias, momentos divertidos…

El nivel era elevado y la decisión ha sido muy complicada pero ya tenemos fallo del jurado.

Fotografías Ganadoras:

Primer Premio concurso fotográfico

Tercer Premio

Nuestros ganadores son Leonardo Sardina (Primer Premio), M. Concepción Muñoz (Segundo Premio) y M. Josefina Beltrami (Tercer Premio). Desde aquí vaya nuestra felicitación para los tres. Esperamos que disfruten de su premio: un vale descuento de 500€, 200€ y 100€ respectivamente para utilizar en su próximo viaje con nosotros.

También queremos hacer mención a las once fotografías finalistas, destacando la calidad de las mismas que ha hecho muy difícil la elección. A pesar de no haber sido elegidas ganadoras en breve nos pondremos en contacto con sus autores para hacerles llegar un pequeño detalle a modo de reconocimiento.

Fotografías Finalistas:

 

¿Tú también tienes fotografías de tus viajes con las que te gustaría participar en la próxima edición de nuestro Concurso Foto Viajera? Permanece atento a nuestra página web y a nuestra página de Facebook donde anunciaremos las bases, la apertura del plazo de recepción de imágenes y la forma de envío de las mismas.

7 Oct

DOS MUSULMANES Y SUS MULAS

Viaje al Alto Atlas. Cima del Djebel Ghat

Acabábamos de bajar del Djebel Ghat, una montaña de 3.800 metros, blanca de la nieve de primavera y bajo un cielo azul atlante. La verde yerba reconfortaba nuestros pies cansados y en esas circunstancias daba pena dejar el campamento, en una plácida tarde soleada y calentita. Pero teníamos que bajar. Aún nos quedaba subir un collado por encima de los tres mil metros para posteriormente comenzar a descender.

Viaje al Alto Atlas

El sendero está complicado para las mulas, Hussein y Mohamed titubean un rato pues parte del camino está barrido por la lluvia y la nieve del invierno. Hussein es joven, apenas calculo, que tendrá veinte años. No conoce ninguna palabra de francés y dadas las veces que le veo rezar parece que se trata de un “buen musulmán”. A Mohamed no lo veo rezar, Mohamed es más Guía que mulero. En los pasados días, cuando tuvimos mal tiempo, nos planteó buenas alternativas y ha sabido improvisar, lo que no es poco en montaña, y llevar muy bien todo el desarrollo del recorrido.

Viaje al Alto Atlas

Mohamed y Hussein viven en el poblado de Abachkou, a varios días a pie desde aquí, compaginan sus tareas agrícolas de subsistencia con la de muleros y se buscan la vida como pueden. Durante estos días que llevamos caminando juntos nos han demostrado que son buenos profesionales además de excelentes personas.

Bajamos y Viaje al Alto Atlasbajamos, divisamos los Viaje al Alto Atlasprimeros prados y huertos del alto valle de Ait Mallal y por fin llegamos a su cabecera. Da alegría escuchar el rumor del agua a su paso por las acequias y descansar la vista con el color verde. Pronto llegamos a las primeras casas de un poblado. En una casita cercana, y a la sombra de un nogal gigante, unos niños, acompañados de su maestro, cantan oraciones lanzando al aire sus plegarias. La escena produce beatitud al caminante y es, sin duda, el lado amable de la religión. Se trata de una escuela coránica –nos dice Mohamed-. Seguimos bajando entre casas, huertos y plantaciones de manzanos en flor, su olor exquisito nos reconforta. Seguimos un poco más, llevamos casi doce horas caminando. El valle, este alto valle de Ait Mallal, con sus huertos en bancales, sus casas de piedra, sus grandes nogales, sus árboles frutales y lejos de cualquier sitio es la imagen viva de la armonía en la montaña atlante y esto nos reconforta. Al poco, al calor de la casa, en la habitación alfombrada y sobre un infiernillo, hago unos huevos revueltos con patatas. Mientras espera la cena, y situado en un rincón, Hussein reza las plegarias de la tarde, mirando a oriente. Al otro lado, Mohammed toma vino con nosotros, -“sólo lo tomo en la montaña”, nos dice.

Han sido cinco días más de nuestra vida, caminando con dos musulmanes y sus mulas, dos musulmanes diferentes. En los caminos de “Idrarem Darem”, las “Montañas de las Montañas”.

Alto Atlas. Primavera de 2010.
Jerez, Agosto 2015.
Texto y fotos © Faustino Rodríguez Quintanilla.
(Fotos de la travesía; gentes, pueblos y montañas. En una de ellas, los cuatro protagonistas del recorrido, Faustino, Franki Souto, Mohamed y Hussein).

25 Ago

CELSO Y EL PARAÍSO DE DIOS

 

Viaje al Amazonas

Llevábamos varios días navegando por el Amazonas, en los territorios de la “Triple Frontera”, la zona geográfica donde se unen Perú, Brasil y Colombia. Nuestra embarcación a la que habíamos bautizado con el nombre de “Jacaré del Amazonas” se deslizaba plácida por las zonas más remotas del río.

Viaje al Amazonas

En el “Jacaré” llevábamos todo lo necesario para poder subsistir durante muchos días de navegación por los “caminos de agua” de estas junglas.

Viaje al AmazonasViaje al Amazonas

La tripulación estaba compuesta por Evaristo, el “Capitán”, persona recia y enjuta que había echado los dientes en el territorio vecino de Putumayo, remota región donde campean las FARC (la guerrilla colombiana) y toda clase de narcos y malandrines.

El segundo de la tripulación era su hijo Celso, al que bauticé como “Grumete”. Celso apenas tiene 10 años, un chico calladito, educadito y de sonrisa amplia. El “pasaje” los formábamos mi compañero, Adolfo Morales y yo mismo.

al mando, el guía Joel, un criollo bajito y redondo como una polina, pero con el mapa de la selva en su cabeza y la fuerza de la anaconda en sus manos.

La tarde caía plácida y el río se mostraba voluptuoso, como una gorda lombriz, trazando curvas sobre la selva. La tripulación y el pasaje dormitaban al fresquito del aire denso que cortaba el “Jacaré” y embriagados por los olores dulzones de la jungla cercana. Poco a poco la tarde se fue y con ellas llegaron los mosquitos para recordarnos que no estábamos en “Port Aventura” sino remontando el río Yavarí, uno de los grandes afluentes del Amazonas.

La luna ilumina, ahora, el lecho del río y de las oscuras y misteriosas orillas surge un jolgorio tremendo de sonidos de pájaros y animales chillones.

Nuestro “Jacaré” avanza por esa oscuridad, todo parece plácido pero Joel nos recuerda que es la hora en la que los traficantes de droga y los contrabandistas remontan río arriba hacia las tierras altas de Bolivia. – ¡¡Muchos no llegan “cuñao”!!, me dice Joel, – se perderán en las ciénagas y en los caños oscuros de los ríos.

Viaje al Amazonas

Poco después, en medio de la noche oscura, unas lucecitas, como luciérnagas, ponen un poco de humanidad al salvaje entorno. Se trata, por fin, de la cabaña Sacambú, aquí vamos a pasar la noche. Cenamos la “pesca del día “ con caldo y arroz y caigo en la cama como un saco.

La mañana siempre es alegre y luminosa en la selva. Un buen café colombiano, el llamado “tinto”, me reanima. Aprovecho que Celso, el pequeño Grumete, está jugando conmigo para volver a insistirle en que escriba o dibuje algo en mi Cuaderno de Viajes. Por fin accedió. – ¿Y, qué puedo pintar, señor? – Pues Celso, puedes pintar tu casa, la barca de tu padre, algo de tu pueblo… -¡Ah!, ya sé señor, voy a pintar el Paraíso . – ¿El paraíso, Celso?, le comento. – Síí, sí señor, el Paraíso de Dios. Celso pintó en mi libro el dibujo que ahora reproduzco en la foto y que guardo como un preciado tesoro.

Viaje al Amazonas

El Paraíso de Celso

 

En el “Paraíso de Dios” de Celso no faltaba de nada: estaba su mundo, su mundo era el Paraíso.

 

TEXTO Y FOTOS © Faustino Rodríguez Quintanilla
TERRITORIO DE LA TRIPLE FRONTERA (PERU, COLOMBIA Y BRASIL) NOVIEMBRE 2010
JEREZ, AGOSTO 2015