Archivo de mayo de 2010

27 May

ALBUM DE FOTOS

Un pasaje a La India.

Podéis deleitaros con uno de nuestros destinos favoritos, India. Un país siempre fascinante, un viaje al mundo de los sentidos.

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18 May

FEZ

José Manuel Almerich vuelve a recrearnos con la imagen y la palabra. No os perdáis el siguiente artículo…

Imaginad un universo entero encerrado entre murallas. Imaginad una espiral de fuerza que te arrastra y te impacta de tal forma que jamás ninguna ciudad te volverá a parecer igual.  1Imaginad uno de los lugares más inquietantes del planeta, con diez mil calles y trescientas mil personas que no se ven pero te observan. Imaginad un laberinto humano repleto de sensaciones donde cualquier rincón está lleno de vida, miseria e ilusiones. Un mundo donde todo es posible y donde el olor de la piel curtida se mezcla con el aroma de la fruta fresca, el cilandro y la hierbabuena.

Fez es el emplazamiento medieval más antiguo del Islam, el paradigma por excelencia de la medina musulmana: un mundo abigarrado y denso, difícil de comprender y lleno de secretos. Una ciudad que en su origen fue la recreación del paraíso y donde se asentaron los conocimientos médicos y artísticos más avanzados de la cultura califal. Un lugar donde todo se mantiene igual que el mismo día de su fundación y donde la Alhambra sería 2aquí un palacio más o la mezquita de Córdoba una de tantas que quedan dispersas por la ciudad. Un lugar donde los callejones más mugrientos esconden, tras las puertas carcomidas, palacios inimaginables con paredes recubiertas de pan de oro y símbolos geométricos dibujados con piedras preciosas. Una urbe de lujo y opulencia, discretamente oculta cuya religión no permite la ostentosidad hacia fuera pero deja total libertad de puertas hacia dentro.

Fez es un paisaje donde el hombre es el único protagonista. Mendigos y comerciantes, alfareros, ebanistas, aguadores, charlatanes, dentistas en la calle, curanderos bereberes y contadores de historias que no te dejan dormir. Burros cargados hasta lo indecible de botellas de butano sucias y oxidadas,  tiendas abarrotadas de aceitunas, dátiles, dulces de miel y mandarinas. Gatos que te siguen como dueños de la calle y animales vivos que esperan en las carnicerías su trágico destino. Carne fresca colgada en las jambas de las puertas y cabezas degolladas que no ofrecen dudas sobre su autenticidad. Artesanos, torneros, fabricantes de ataúdes y carrozas, latoneros, curtidores que se afanan en la urdimbre entre la pestilencia de los tintes y el insoportable olor a muerte. Muerte que se torna vida cuando, alguien te sonríe y te regala, poco antes de subir a la azotea para ver como trabajan, una rama fresca de menta recién cortada. (más…)

5 May

MERZOUGA

J.M Almerich nos envía este interesante relato y un magnífico ALBÚM DE FOTOS. Jose Manuel participó en el viaje al Sahara que realizamos la pasada Semana Santa. ¡¡No te lo pierdas!!

Momentos antes de la puesta del sol se ha levantado el viento. No es muy fuerte, pero suficiente para elevar en suspensión miles de millones de granos de arena, casi tantos como estrellas que podrían verse esta noche, si no hubiese luna llena. Envueltos en el saco de dormir, la arena se filtra entre las espesas mantas que cubren la haima y penetran en el interior. A veces te golpean con suavidad el rostro y luego quedan esparcidas, cubriendo poco a poco la ropa y las mochilas.  A la luz de los frontales las partículas destellan tímidamente mientras flotan en el aire como insectos plateados, pequeños intrusos que se han colado dentro de la tienda.

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Hemos llegado muy tarde por lo que la excursión a la gran duna la dejaremos para el amanecer, cuando la arena, igual que la nieve, esté más dura y permita, con el frío, caminar sobre ella sin hundirse. No sé si habréis visto alguna vez el instante infinito en que rompe el día, el momento culminante en el que el sol, como una inmensa bola de fuego incandescente, surge sobre el horizonte y se apodera del mundo. Aunque recuerdo vagamente este instante en alguna playa después de una noche de fiesta, la sensación que te produce en el desierto, en mitad de la nada, es como volver a nacer, como un concierto de matices cuya luz cambia por momentos y se refleja, con fuerza, en las ondas creadas por la arena. Ahora y al atardecer, los objetos en el desierto existen, tan sólo porque reciben del sol, la tenue y vaporosa luz. Y la luz convierte el horizonte ondulado en un elemento vivo, real, innegable.
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